ontinuado hasta ahora,
            
             y conti
            
            nuara hasta que el mundo se aca
            be.
Un o de los Pontifices pasados que en 
            lugar de éste suce
dio en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Oceano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en éstos reinos, con todo lo que en ella hay, segun se contiene en ciertas escrituras que sobre ell
o pasaron, segun se ha dicho, que podréis ver si quisieseis.
Así que Sus Majestades son reyes y senores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales reyes y senores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado, han recibido a Sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que Sus Altezas le
            s enviaban para que les predicasen y ensenasen nuestra Santa Fe y todos 
            
                  - 
ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni condicion alguna
, se tornaron cristianos y lo son, y Sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois 
                  - 
 tenidos y obligados a hacer lo mismo.
Por ende, como me
jor podemos, os rogamos y requerimos que entendais bien esto que os hemos dicho, y tomeis para entenderlo y deliberar sobr 
                  - 
e ello él tiempo que fuere justo, y reconozcais a la Igle
sia por senora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontifice, llamado Papa, en su nombre, y al Rey y reina doña Juana, nuestros senores, en su lugar, como a superiores y reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación y consintais y deis lugar que éstos padres religiosos 
                  - 
 os declaren y prediquen lo susodicho.
S
i así lo hicieseis, hareis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y Sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que 
                  - 
 quisieseis y por bien 
tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Catolica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederan privilegios y exenciones, y os haran muchas mercedes.
Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosament 
                  - 
e pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios nosotros entraremos 
poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudieramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como Sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y danos que pudieramos, como a vas 
                  - 
allos que no obedecen ni quie
                  The PSA measures the particles in a sample and displays the range of sizes present from 4 microns to 2000 microns.  Particle size is often important in the control of industrial mixing, product preparation, and quality control and quality assurance for production facilities. 
                  - 
ren recibir a su señor y le resist
en y contradicen; y protestamos que las muertes y danos que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de Sus Majestades, ni nuestra, ni de éstos caballeros que con nosotros vienen.
Y de como lo decimos 
                  -  y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo de por testimonio signado, y a los presente rogamos que de ello sean testigos.
Requerimiento
De parte del rey, don Fernando, y de su hija, doña Juana, 
 
            
            reina de Castilla y León, 
            
                  - domadores de pueblos bárbaros, nosotros, sus siervos, os notificamos y os 
 
                  - hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y et
 
                  - erno, creó el cielo y la tierra, y u
 
                  - n hombre y una muj
 
                  - er, de quien nos 
 
                  - y vosotros y todos los hombres del mundo fue
 
                  - ron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbr
 
            
            
            The e de la generación que de éstos ha salido desde hace cinco mil y hasta mas años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos reinos y provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado san Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedecie
sen, y fue cabeza de todo él linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y diole todo el mundo por su Reino y jurisdiccion, y como quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más apar